Sunday, December 10, 2006

Acabar con el pricipio

Transición caníbal ®


Dentro, en la pesadilla, Franco vestido de legionario azotaba la espalda desnuda de mi padre. Alguien trataba de rescatarme del infierno. Román me miraba con ojos de sapo.
—¿Ha muerto ya?—pregunté traspuesto por el jodido caudillo que no acababa de palmar.
—No, pero ahí colgando hay un cadaver.
Salté de la cama y los dos en calzoncillos nos precipitamos a la ventana que daba al patio interior. Sobre la sábana extendida, pendiendo a siete pisos de altura se mecía la desdichada criatura. Tendría unos treinta cetímetros . Con su cabecita y sus manitas regordetas ; todavía estaba liado en su cordón umbilical.
Román y yo llegamos a la conclusión de que era un aborto caido del cielo o de un avión, ya que la anciana del ático a sus noventa años no estaba para partos.
Con cuidado tiramos cada uno de un cordel del tendedero y poco a poco se nos fue acercando. Estaba un poco oscuro y apergaminado, seguro que en su caída había sufrido una prematura momificación. Román lo envolvió y en silenciosa procesión acompañados por la gata Rosalia nos dirigimos al salón . Allí quedo inerte mientras lo observabamos con bastante curiosidad y unas gotas de morbo.
La voz de Luz sonó a nuestras espaldas. En bragas y despeinada señalaba a la cosa.
—¿Qué es eso?
—¿No lo ves? Un Aborto.
Pegó un grito que se escuchó en todo el edificio.
A los cinco minutos los doce ocupantes de la comuna de Vallehermoso semidesnudos, mirabamos consternados los restos mortales de la criatura.
Román se esfumó y al instante apareció con un largo cuchillo de cocina. La chicas al verlo intuyeron su intención y se arremolinaron a su alrededor forcejeando. Mientras trataban de arrebatarle el cuchillo le gritaban:“caníbal, asqueroso asesino de niños”.
Pero lo hizo . Clavó el cuchillo en la pancita de la criatura y de un tajo desveló los entresijos de su tripa.
Elevó en el aire una sabrosa y veteada loncha de lomo de cerdo bien curada.
Que orgía . El sepelio por el aborto devino en degustación a lo bestia de un morcón.
Una pieza exquisita de la charcutería hispana que ninguno de los presentes en su vida había catado. Alguien saco unas botellas de vino y se prendieron varios petas. Todos aquellos hambrientos por definición se lanzaron sobre el morcón.
Yo me quedé ensimismado asomado a la ventana mientra saboreaba una loncha. En la calle no pasaba nada, era una mañana brumosa y humeda de invierno. Y sin saber porqué me dio un aire y encendí el televisor . De unas sombras en blanco y negro emergió el señor de las orejas de soplillo. Nadie se fijo en él.
Arias Navarro gimoteando dijo : “Franco ha muerto”.
Antes que pudiera decir nada, desde el otro extremo del salón, Román victorioso con el cuchillo en una mano y la cuerda que ataba al morcón en la otra gritó:
—¡Este chorizo ha muerto!


Nota: El embutido era del pueblo de la anciana del octavo que lo tenía colgado de una alcayata . Tardamos un año en restituirle económicamente.

1 comment:

tatio viana said...

Estimado y nunca bien ponderado señor Carlos Santiago,

Soy don Carlos Arias Navarro y quisiera puntualizar cuatro asuntos cuatro.

Número A: Nunca tuve, por más que los humoristas rojos y masones de este cristiano país se empeñaran, las orejas de soplillo.

Número B: Nunca dije "Franco ha muerto", sino... "Ejpañoles... smorch, sniff, sniff, smorch... Franco ha... smorch, sniff, sniff, smorch... muerto." A ver si nos documentamos mejor.

Número C: Mira que es usted guarro, cochino, morboso, malandrín, necrófago, rojo, masón, ceporro, y demás... Cómo se puede escribir esa marranada ( nunca mejor dicho ) y para más inri, situarla en ese día tan triste, con tanta mofa y tanta desvergüenza... Dios y el Caudillo a su derecha le van a estar esperando a las puertas del infierno para desearle una feliz eternidad.

Número D: Mira que eres membrillo, so membrillo... En lugar de colgar el escrito como una Entrada ( tal como lo has hecho en este tu blog ), donde Vero lo has puesto como comentarioa una entrada antigua suya ( que es lo que estoy haciendo yo ahora mismo ). Y así, claro, ni te encontrabas tú, ni te encontrábamos nosotros. Pero para la próxima, si es que hay próxima, ya lo sabes... Una vez que entres en Blogger, con tu nombre y contraseña, te saldrán tu blog y el de Vero, y podrás hacer tu entrada en el de ella de la misma manera que las haces en el tuyo.

Ella ya te la ha colgado... Si de todos modos, quieres ver la tuya original, está como "comentario" en una entrada suya de septiembre, creo, que se titula "paseando" ( creo ). Incluso, queda la posibilidad de que lo hayas puesto dos veces como comentario ( pero la otra todavía no la hemos encontrado ).

Hala, rico, a ser malos. Ya te visitaré y te dejaré alguna perlita por aquí mesmo.

Ah, y muy surrealista el relatito, eh, pero que muy surrealista.

Besos casa.